Foto de "Catalunya amunt i avall", Tot l'Alt Urgell, Joan Oliva, 1991
Dediquem aquesta entrada al Joan Vázquez de Lleida que l’altre dia ens va demanar sobre el Forat dels Tres Ponts, que no pertany a la Vall de Tost, però és un punt molt proper, quasi a tocar. Li confirmem també que per aquest lloc, abans de que es construïs la carretera actual, la C-14, passava un cami medieval que van usar durant molts anys els “nostres” contrabandistes (totes les families de Tost en tenim algún) i del qual ja parla, al 1797, el nostre vell conegut Francisco de Zamora al seu manustrit “Diario de los viajes hechos en Cataluña”:
“…Organyà es paso de contrabandistas. Salimos de Organyà después de haber comido y volvemos a meternos hasta orillas del rio Segre, siguiédole por la misma madre, de modo que con una ligera avenida queda cortado el paso hasta entrar en la abertura de los dos montes que parece haberse formado el mismo río: y aquí está el famoso paso llamado de los Tres Pons porque en poco tiempo se pasan tres puestes: dos de madera y otro de piedra…. Es este el sitio de los Tres Pons tan estrecho y peligroso, que sólo viéndolo puede comprenderse. El camino va siempre sobre el mismo río, formando una especie de roza de la misma peña, no habiendo otro resguardo que pueda impedir del río que un pequeño parapeto de dos pies de alto; y en muchas partes no hay ninguno. El piso es de piedra viva, llena de pidrezuelas que han caído de la montaña, que aumentan el peligro por el mal piso; es necesario ir con gran cuidado, para ver si viene alguna caballería, pues no pueden pasar dos a un tiempo.
Aumenta el horror de este diabólico pasaje, la eminencia de las dos montañas, que llegándose a unir tanto en el puente de piedra, parece que cierran el paso y la vista del cielo, al cual se agregan unos horribles peñascos, que amenazan desgajarse de aquellos montes y cerrar el paso.
Más adelante se encuentra otro puente de piedra y luego se dividen el camino que va a Urgel y a la ermita de San Juan del Erm (¿) y allí, inmediato sobre un peñasco hay un castillote arruinado que seguramente con poca gente impediría el paso.
Todo este camino ni puede ser peor ni más mal conservado. Ciertamente parece cosa ridícula estar tratando de hacer caminos nuevos y dejar que se pierdan los antiguos. Éste absolutamente hace pasar por él la necesidad. ¡Y qué será en invierno, en un país que nieva casi continuamente y se hiela el piso! De aquí vienen las desgracias que continuamente se refieren a este tránsito!.
Pasadas las estrecheces, empieza a abrirse el terreno y como se suavizan los montes se halla los Hostalets de Tost y a la izquierda se alcanza a ver la herreria de Noda (Noves?) sin verse en estos terrenos bosque alguno….”
“…Organyà es paso de contrabandistas. Salimos de Organyà después de haber comido y volvemos a meternos hasta orillas del rio Segre, siguiédole por la misma madre, de modo que con una ligera avenida queda cortado el paso hasta entrar en la abertura de los dos montes que parece haberse formado el mismo río: y aquí está el famoso paso llamado de los Tres Pons porque en poco tiempo se pasan tres puestes: dos de madera y otro de piedra…. Es este el sitio de los Tres Pons tan estrecho y peligroso, que sólo viéndolo puede comprenderse. El camino va siempre sobre el mismo río, formando una especie de roza de la misma peña, no habiendo otro resguardo que pueda impedir del río que un pequeño parapeto de dos pies de alto; y en muchas partes no hay ninguno. El piso es de piedra viva, llena de pidrezuelas que han caído de la montaña, que aumentan el peligro por el mal piso; es necesario ir con gran cuidado, para ver si viene alguna caballería, pues no pueden pasar dos a un tiempo.
Aumenta el horror de este diabólico pasaje, la eminencia de las dos montañas, que llegándose a unir tanto en el puente de piedra, parece que cierran el paso y la vista del cielo, al cual se agregan unos horribles peñascos, que amenazan desgajarse de aquellos montes y cerrar el paso.
Más adelante se encuentra otro puente de piedra y luego se dividen el camino que va a Urgel y a la ermita de San Juan del Erm (¿) y allí, inmediato sobre un peñasco hay un castillote arruinado que seguramente con poca gente impediría el paso.
Todo este camino ni puede ser peor ni más mal conservado. Ciertamente parece cosa ridícula estar tratando de hacer caminos nuevos y dejar que se pierdan los antiguos. Éste absolutamente hace pasar por él la necesidad. ¡Y qué será en invierno, en un país que nieva casi continuamente y se hiela el piso! De aquí vienen las desgracias que continuamente se refieren a este tránsito!.
Pasadas las estrecheces, empieza a abrirse el terreno y como se suavizan los montes se halla los Hostalets de Tost y a la izquierda se alcanza a ver la herreria de Noda (Noves?) sin verse en estos terrenos bosque alguno….”
¿Qui ens pot explicar la seva experiència fent aquest cami?
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